Hay un dolor específico, al que llamamos duelo, que se presenta tras una pérdida irrecuperable.
El duelo es una lucha sin cuartel contra un "enemigo" invisible.
El duelo es una lucha sin cuartel contra un "enemigo" invisible.
Las marcas del duelo, en principio, no se localizan en ninguna parte de nuestro cuerpo, aunque puede llegar a somatizarse de forma orgánica; incluso, en los casos más graves, cronificarse patologicamente de forma anímica (depresión o desesperanza extrema) y espiritual (confusión y, posible, deterioro de las facultades mentales).
El duelo, además, no es por algo que nos esté ocurriendo o tengamos miedo de que ocurra, los preduelos, sino por la falta definitiva de algo/alguien. El duelo más reconocido y más hondo es el que nos inunda cuando fallece, ausencia irreparable, una persona a la que estabamos unidos, normalmente desde el amor (el odio y el resentimiento también unen).
La forma de afrontamiento del duelo tendrá mucho que ver con nuestra forma de prender la vida y, sobre todo, el grado de posesión/dependencia que mantengamos con el fallecido.
Los 3 pasos que facilitan, ANTES DEL FALLECIMIENTO, un buen duelo:
- PERDÓN. NO ES IMPRESCINDIBLE SI HA EXISTIDO UN AMOR SIN CONDICIONES.
- GRACIAS. AGRADECIMIENTO PROFUNDO POR LO VIVIDO JUNTO A ESA PERSONA QUE AHORA MUERE
- NO RETENCIÓN. ADIOS O HASTA LUEGO, SI NUESTRA CREENCIA ES EL PARAISO o la REENCARNACIÓN.
Si estos pasos no se pueden verbalizar directamente, se pueden interiorizar en presencia del enfermo... o imaginando su presencia activa ante nosotros. En caso de fatal accidente o muerte repentina no esperada, también va bien dar estos tres pasos en la imaginación, o de forma tangible a través de una carta, escrita a mano, enviada al fallecido.
Los 3 pasos que facilitan, TRAS EL FALLECIMIENTO, un buen duelo:
- RITUAL DE DESPEDIDA (SEGUN CREENCIA)
- RECUERDO AGRADECIDO (TANTO de SU VENIDA, de SU ESTANCIA Y de SU MARCHA)
- NUEVO PROYECTO GRATIFICANTE DE VIDA (SIN ÉL/SIN ELLA/SIN ELLOS)
El duelo se transciende cuando dejamos de luchar, contra NOSOTROS MISMOS, en el conflicto interno de LO QUE ES y de LO QUE YO QUIERO QUE SEA y en el conflicto externo de LO QUE TENGO y LO QUE YO QUIERO TENER.
El duelo, una vez instalado en nosotros, no se pasa, se hace. El duelo no ha de ser un simple padecer, sino el actuar consciente en un escenario nuevo.
El peor de los duelos post morten es el que se esconde o se estanca.
El mejor duelo es el que no existe por que no hay lucha, no hay enfrentamiento, contra el fluir constante de la vida y de la muerte. En nuestra sociedad, adicta al dolor y al drama, intuye patología en quien no sufre desconsuelo por la muerte de un ser amado.
El peor de los duelos post morten es el que se esconde o se estanca.
El mejor duelo es el que no existe por que no hay lucha, no hay enfrentamiento, contra el fluir constante de la vida y de la muerte. En nuestra sociedad, adicta al dolor y al drama, intuye patología en quien no sufre desconsuelo por la muerte de un ser amado.