lunes, 11 de junio de 2012

EUTANASIA Y CONSCIENCIA

             Pasado, presente en experiencia, el trance de un familiar directo, mi padre, que ha estado varios meses de agonía, insidiosa y segura hasta su muerte, estoy en disposición de aclarar mi postura ante mi testamento vital, no llevado al papel oficial por cierta desidia y falta de convencimiento. Desidia que no era tal sino la prudencia de la sabiduría.  Falta de convencimiento que no era tal sino escasez de datos en lucidez.

            Tres reflexiones que me lega la muerte de mi padre:
  1. No nos hace falta ningún tipo de testamento vital  ni de ultimas voluntades, ni siquiera tutores del morir elegidos en plenas facultades físicas y mentales, sino simplemente haberse convencido, en razón y en corazón,  de la práctica positiva de la EUTANASIA CONSCIENTE (VÉASE DEFINICIÓN).
  2. En la muerte, y en la vida, está quien tiene que estar en el momento preciso.  Forzar o desear  un acontecimiento y/o unos protagonistas en el escenario de nuestro paso por el vivir es un inconveniente que afecta nublando las emociones, ya de por sí ilusorias, y obstaculiza la visión  y audición de las realidades. Aceptación y agradecimiento a LOS COMPAÑEROS de VIAJE y de ANDÉN son una buena guía para las vacaciones del EXISTIRSE.
  3. EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO NO SIRVEN DE NADA... no los alientes, no los provoques, no los aguantes, no los utilices para tus fines credenciales. Si están presentes en algún momento de tu vivir o de tu morir y esas sensaciones de estremecimiento toman su nombre, dolor y sufrimiento, en tus palabras; al menos, no los alimentes y jamás los justifiques.  EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO NO SIRVEN DE NADA... simplemente te están incomodando durante unos breves instantes.
Eutanasia consciente:  Eutanasia quiere decir morir sin sufrimiento.  Consciencia quiere decir darse cuenta de lo que esta ocurriendo en mí y en mi rededor. Ser consciente de que me estoy muriendo y aceptarlo sin rebeldía, a la vez que me expando sobre la muerte sabiendo que YO SOY, es la más práctica de las eutanasias. Eutanasia consciente es dejarse fluir en la disolución, ayudarla si lo precisáramos con productos alquímicos, y llevar la mente a casa, o sea, en tranquilidad,  en serenidad,  con respiración relajada y  aptitud sonriente en la partida del viaje. Eutanasia consciente es hacer con tiempo, ahora mismo, las paces con LA VIDA reconociendo que en una de sus fases HAY SALIDA -mejor consciente- del cuerpo orgánico, que en apariencia la sustentaba, hacia parajes, quizás  ¿o no?  desconocidos. Eutanasia consciente es no poner impedimentos circulares y egocéntricos, la ciencia y la tecnología son muchas veces espirales repetitivas, en EL TRANSITO hacia el MÁS ALLÁ.
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 YO ELIJO DAR POR SATISFACTORIA MI MUERTE VENGA COMO VENGA Y CUANDO VENGA Y CON QUIENES VENGA... Y SI  NO PUEDO DECIDIR EN MI FINAL TERRÁQUEO QUE ELLOS, los que me acompañen, ACTÚEN EN CONSECUENCIA Y HAGO JURAMENTO DE NO TENERSELO EN CUENTA DECIDAN LO QUE DECIDAN.  
Amén.
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 NO ADELANTARÉ ACONTECIMIENTOS TEMEROSOS con MORTALES TESTAMENTOS VITALES o con SEGUROS DE LA  INSEGURA VIDA o con EL PAGO A PLAZOS DE MI ENTIERRO con PÓLIZAS DE DECESOS INDECENTES.  QUIERO VIVIR Y MORIR CON CONFIANZA EN LA SUPREMA ORGANIZACIÓN DEL EXISTIRSE.  
Amén.
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