CONSEJOS PARA EL
CAMINANTE SEGÚN UNA TEORÍA JUDÍA
- Confianza en el universo y en los destinos. Saber que hay decretos fijos (hechos inevitables) y decretos puntuales (hechos variables según la senda o atajo elegidos) durante el tránsito de vida y que el libre albedrío no se elige sino que se nos regala. La libertad ni se compra, ni se vende, ni se alquila y, menos, se sustrae, se roba o se pierde en la violencia ajena. La libertad es.
- Valorar lo ya asumido, esenciado y en disfrute. Valorar no es engreírse, ni dar gracias por haberlo conseguido, ni tener satisfacción banal por estar en posesión del BIENESTAR o creerse en la suerte de los elegidos por tener, ser y saber lo que tu no sabes, ni tienes, ni eres. VALORAR es aceptar con SERENIDAD lo que la vida nos está ofreciendo.
- Centrarse en el objetivo y no en el esfuerzo. El objetivo es morir en gracia y con gracia. El esfuerzo es mirar de frente y sin ira todo lo que se presenta ante nuestros ojos... y nuestro entender.
- Meter luz donde haya oscuridad. No luchar contra ellos… ni contra ella. No hay enemigos… hay ignorantes. Si sufro no es porque el ser y el existir sea sufrimiento sino por que tengo una venda donde no hay heridas. “La oscuridad no existe solo los ojos cerrados”
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Sea ENSEÑANZA y/o REPARACIÓN el caminar con el presunto DOLOR y la presunta SOLEDAD en muchos tramos del sendero vital que acaba, vayas por donde vayas, EN EL BOSQUE DE LA MUERTE.
CADA IDEOLOGÍA,
CADA CREENCIA, CADA RELIGIÓN ES UN ÁRBOL.
“Que no nos ocurra que los árboles
no nos dejen ver el bosque”
no nos dejen ver el bosque”